La inteligencia o Coeficiente Emocional, también referido como EQ, es una soft-skill o habilidad blanda que puede definirse como el grado de eficacia con el que una persona cualquiera expresa, valora e incluso identifica sus emociones. En un entorno empresarial, la inteligencia emocional es usada de forma consciente e inconsciente por los líderes para entender a sus empleados y equipos, así como para empatizar y conectar con ellos.
Desde mi punto de vista, una de las características principales que diferencia la Inteligencia Emocional del Coeficiente Intelectual, o IQ, es que éste último mide lo inteligente que es una persona dada desde el momento que nace. Es decir, independientemente de las vivencias, el entorno y la educación recibida, el cociente intelectual es el que es y no cambiará.
Sin embargo, la Inteligencia Emocional sí que puede cambiar, y de hecho cambia, a lo largo de la vida de las personas. Nuestras vivencias personales, los retos a los que nos enfrentaos en la vida, el esfuerzo por mejorar y la intencionalidad en conocer nuestras propias emociones, nos permitirá desarrollar nuestra Inteligencia Emocional.
Es por ello, que una de las maneras más eficientes que tenemos a la hora de detectar buenos líderes se base principalmente en conocer más sobre su Inteligencia Emocional.
Sin embargo, la Inteligencia Emocional sí que puede cambiar, y de hecho cambia, a lo largo de la vida de las personas, según sus vivencias personales, los retos a los que se enfrente, el esfuerzo de mejorar y conocer sus emociones e incluso si intenta y aprender controlarlas
Los 5 elementos claves de la Inteligencia Emocional
Para comenzar a indagar, comencemos por conocer cuáles son los 5 elementos claves de la Inteligencia Emocional tal y como los describió el psicólogo, periodista y escritor estadounidense Daniel Goleman.
Autoconocimiento
Un líder debe conocer perfectamente tanto sus fortalezas, pues serán éstas en las que se apoyará para conseguir aquello que se propone, como en sus debilidades, pues gracias a esto, podrá trabajar de forma consciente en ellas, y así, minimizar cualquier impacto negativo.
En cualquier entrevista de trabajo en la que soy el entrevistador, pregunto al candidato que me hable sobre su principal área de mejora en cuanto a sus habilidades interpersonales. Si a esta pregunta el candidato me indica que no tiene ninguna área de mejora, quiere decir que dicha persona, o bien no se conoce a sí misma lo suficiente, o me quiere vender que es perfecta, y por lo tanto, carece de humildad. Sea cual sea el caso, su crecimiento está limitado completamente, por lo que la descarto casi de inmediato.
Autorregulación
Todas las personas sufrimos de alguna manera el estrés, ya sea debido a motivos personales o profesionales. En ambos casos, una persona con alta Inteligencia Emocional tenderá a alejarse momentáneamente del problema, a reflexionar sobre el mismo y evitará a toda costa, perder el control o reaccionar de forma precipitada.
Un líder que sobre reacciona sobre algo que ha ocurrido en su equipo, será un líder al que los demás les cueste respetar como tal. Recuerda que un líder es una persona que inspira. No una que pierde el control continuamente y atemoriza cuando las cosas no van bien.
Motivación
Ni que decir tiene que un líder debe ser una persona que se encuentre 100% motivada por aquello que hace. Y no sólo eso, sino que, si es así, es más que probable que aquellas personas que se encuentren a su alrededor, sienta a su vez dicha motivación. Un líder motivado no sólo mejora su productividad, sino que ayuda a otros a progresar. De nuevo, un líder inspira a los demás, e inspirar motivación es fundamental para alcanzar grandes metas juntos.
Empatía
Un líder debe saber gestionar las emociones. Tanto las suyas las de los que le rodean. Y la mejor manera de saber cómo gestionar las emociones de los demás no es otra que a través de la empatía, esto es, poniéndose en el lugar de los demás, entendiendo sus comportamientos y reacciones.
Esta capacidad, dota a los líderes del poder de usar un arma muy poderosa: la de la retroalimentación o feedback. Es decir, un líder empático sabrá indicarle a un empleado aquellas áreas en las que deba mejorar. Y lo hará de forma que dicho empleado no se sienta ofendido, sino todo lo contrario. Lo aceptará como una crítica constructiva proveniente de alguien que no quiere más que hacerle mejorar, y eso nos encanta a todos.
Habilidades sociales
Cada vez es más difícil distinguir los límites entre el trabajo y la vida personal. Las diferencias que esperamos entre aquellos con los que tratamos en el lugar del trabajo versus aquellos con los que nos relacionamos a nivel personal, son cada vez más difusas.
Nos genera alegría alcanzar un reto personal o profesional. Nos sentimos defraudados con una persona que consideramos nos falla ya sea tanto en el trabajo como en un círculo más personal. O esperamos el mismo nivel de respeto sea en la oficina, en la calle o en un supermercado. Es por ello, que aquellos líderes que entiendan esto, y sepan tratar a las personas no como meros empleados sino como… personas, tendrán mucho ganado.
Por qué es importante la Inteligencia Emocional en el líder
Si bien he ido dando apuntes de por qué es importante que todo líder desarrolle lo suficiente su Inteligencia Emocional, quiero ahora pasar a indicar los 5 logros fundamentales que todo líder conseguirá si lo consigue.
Potenciar el Compromiso
Los líderes que poseen un alto nivel de Inteligencia Emocional gracias a haber desarrollado los 5 elementos clave de Daniel Goleman anteriormente listados, estarán fomentando, de forma inconsciente, un mayor nivel de compromiso de aquellos que le rodean. Y esto lo consiguen principalmente mediante el desarrollo de una cultura de trabajo positiva y productiva donde los empleados se sienten altamente comprometidos con aquello que hacen.
Mejorar las interacciones con los demás
Explicado de una forma simple, las personas que poseen un alto nivel de Inteligencia Emocional generan confianza. Y la confianza hace que las personas den lo mejor de sí. Y eso permite a los líderes potenciar el talento que dichas personas poseen consiguiendo que desarrollen todas sus habilidades potenciales.
Fomentar el intercambio de ideas
Cuando los empleados, y las personas en general, se sienten psicológicamente y emocionalmente seguros, tenderán a relacionarse con los demás de forma más abierta y honesta. Esto genera que la colaboración en los equipos aumente y esto, a su vez, que los equipos y las personas que los componen sean más innovadoras y creativas.
Solucionar conflictos y dificultades
Un líder con alto nivel de Inteligencia Emocional, en este caso, fundamentado por su alto nivel de empatía, conseguirá entender que es normal haya veces que situaciones de estrés hagan que ocurran ciertos roces entre compañeros dentro de su equipo, y pueda o bien solucionarlo antes de que pase a mayores o incluso anteponerse a ellos.
Gestionar el cambio
Las empresas que existen en la actualidad y que aún existirán en el futuro serán aquellas que sepan adaptarse al cambio. Este cambio puede ser ocasionado por elementos hasta cierto punto predecibles o no predecibles. Es decir, las empresas tienen que ser resilientes. Y para ello, aquellos que las lideran deben entender que hay elementos que se pueden controlar, mientras que hay otros que escapan del poder de influencia de las personas.
Conclusiones
Recuerda que la Inteligencia Emocional, a diferencia del Coeficiente Intelectual que es fijo desde el día que naces, se puede desarrollar y mejorar con empeño, experiencias en la vida y gracias a tu autoconocimiento. No te centres en si tienes un Cociente Intelectual mayor o menor, pues es algo que no controlas. Céntrate e invierte tu tiempo en mejorar tu Inteligencia Emocional.
Por otro lado, si tuviese que priorizar uno de entre los 5 elementos de los que está compuesto la Inteligencia Emocional, elegiría sin duda el autoconocimiento. Conocerse a sí mismo es la clave del éxito, y gracias a dicho autoconocimiento, podrás saber cómo desarrollar el resto de los otros 4 elementos fundamentales.
Ten presente todo lo que conseguirás si inviertes tu tiempo en el desarrollo de tu Inteligencia Emocional. Y ya no solo como líder, sino también como persona, familiar o amigo. Realmente merece la pena y puede marcar un cambio en tu vida.